Y de cómo en el verano de 1992 el Palacio de Miramar y sus jardines se convirtieron durante unos meses en un «Chillida Leku txiki».

El pasado domingo 7 de enero en la Basílica de Nuestra Señora del Coro de La Parte Vieja Donostiarra, mientras la banda de Txistularis de Donostia tocaba la deliciosa composición “Zuretzat Bizitza” del maestro Jose Ignazio Ansorena, eran numerosos los turistas y viajeros que en silencio se acercaban a sacarse una foto junto a la Cruz de alabastro de Eduardo Chillida situada bajo el Coro de la basílica, y es que dicha basílica que cuenta con estilos góticos, churriguerescos y neoclásicos con un bello pórtico barroco con elementos Rococó, lo que más destaca y atrae de ella a los visitantes es la Cruz de alabastro de Eduardo Chillida.

Eduardo Chillida más local

Los donostiarras estamos acostumbrados a ver sus obras extendidas por toda su ciudad, Donostia. Para nosotros se trata de obras con las que convivimos a diario y que reflejan su personalidad y temperamento. El Peine del viento XV, El abrazo, Homenaje a Fleming, Torso, Cruz de alabastro, Estela de Gernika II, La Cruz de la Paz… es impresionante ver todas las Obras y Esculturas que hay en museos y vías públicas en el mundo y que se pueden apreciar en este enlace del sitio web oficial de Eduardo Chillida.

Hay sitios como el Palacio de Miramar y sus jardines que, a menudo, al visitarlo nos trasladan a aquella primera muestra retrospectiva de Eduardo Chillida en su ciudad natal y que para muchos fue el descubrimiento de su enorme trabajo tanto en grabados como esculturas. Inolvidable exposición en el verano donostiarra de 1992, sin apenas turistas, si lo comparamos con la actualidad. Era impresionante ver sus grandes esculturas frente al mar, sus miniaturas colgadas del techo del palacio, sus grabados y las enigmáticas gravitaciones. De aquella exposición recordamos hasta la sobria y sin ningún boato, pancarta de lona que a la entrada del túnel de El Antiguo la anunciaba: “CHILLIDA DONOSTIAN”.

Sensacional y sobrecogedor intercambiar la mirada con él, mientras paseaba, aquel verano de 1992 por la playa de Ondarreta o viéndolo conducir su 190 negro camino de Igeldo y también como espectador durante alguna sesión del Zinemaldia.

Felicitamos a su familia, cuando se cumplen cien años del nacimiento de Eduardo Chillida por el espléndido mantenimiento, cuidado, permanencia e integridad de su legado, al que ha contribuido, sin duda, su museo en Barrio Jauregui 66 de Hernani, Gipuzkoa: https://www.museochillidaleku.com

• Remitido: Xio Segundo para https://GipuzkoaDigital.com
• redaccion@gipuzkoadigital.com GipuzkoaDigital.com 10 Enero 2024
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CHILLIDA DONOSTIAN