
Una narración, un cuento de final de Navidad.
Donostia 5 Enero 2025
Foto: Visita de los Reyes Magos a Donostia, reflejados en un bar de Plaza Berria de https://gipuzkoadigital.com/
Era el 5 de enero de 2025, un día radiante en Donostia. El cielo, un lienzo azul intenso con alguna nube, se reflejaba en las aguas tranquilas de la Bahía. En la Parte Vieja, el corazón palpitante de la ciudad, la expectación era palpable. Los niños, con los ojos brillantes de ilusión, aguardaban ansiosos la llegada de Sus Majestades los Reyes Magos.
Ese año, la visita real tenía un toque especial. Los Reyes Magos, guiados por una estrella resplandeciente, habían decidido hacer una parada y llegar por la Plaza Berria, uno de los rincones más encantadores de la Parte Vieja. Mientras su majestuoso coche aparcaba se acercaban los niños coreaban canciones y agitaban sus cartas con ilusión, la Txaranga hacía lo propio.
Al llegar a la plaza, Melchor, Gaspar y Baltasar descendieron las escaleras del antiguo ayuntamiento y saludaron a la multitud con una sonrisa cálida. Los niños, extasiados, se acercaron para entregarles sus cartas con los deseos más preciados. Los Reyes, con infinita paciencia, escucharon cada palabra y prometieron llevar sus regalos a cada rincón de la ciudad. Había tantos fotógrafos locales y de agencias estatales unidos a voluntarios de la empresa que organizaba la comitiva que muchos niños sólo veían a un hombre con un Peto de trabajo de Color Naranja en un espacio que ya estaba perimetrado precisamente para que los pequeños puedan ver a los Reyes Magos sin tantas personas mayores que se lo impedían, a algunos.
Pero la magia de ese día no se limitaba a la visita real. Mientras los Reyes Magos recorrían las calles de Donostia, en la playa de Ondarreta ocurría un fenómeno extraordinario. Las primeras piedras del nuevo año, pulidas, torneadas y brillantes, comenzaban a emerger de las aguas. Según una antigua leyenda vasca, estas piedras -que el político local intenta quitarlas sin conseguirlo con maquinaria agrícola- poseían poderes mágicos y eran capaces de conceder deseos. Además, Las Piedras de la Playa de Ondarreta son cada vez más grandes, llegando a parecer en algunas zonas de la playa una calzada romana: los grandes inventos de TBO para quitarlas.
Los niños, al enterarse de esta noticia, corrieron a la playa. Con asombro, observaron cómo las piedras, una a una, iban apareciendo en la orilla. Cada niño eligió una piedra y, con una profunda emoción, susurró su deseo más secreto.
Al caer la noche, los Reyes Magos, satisfechos con su visita, emprendieron el regreso a Oriente. Pero antes de partir, lanzaron una última mirada a Donostia, una ciudad envuelta en un halo de magia y esperanza. Y así, la noche de Reyes en Donostia quedó marcada para siempre en el corazón de los niños, como un cuento de hadas hecho realidad.
Atrás quedo también nuestro querido Olentzero y Mari Domingi… Ahora a trabajar.
- Cuento remitido Remitido: De Xio Segundo para https://GipuzkoaDigital.com
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Foto de HOY 5 Enero 2025. Donostia San Sebastián. Las Piedras de la Playa de Ondarreta y los grandes inventos de TBO para quitarlas.
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